lunes, 30 de junio de 2008

Relatos Cortos

EN UN PRINCIPIO ESTABA EL CAFE

Percibí una soledad absoluta y serví un café. Estaba escrito que al terminar de consumirlo sería el final.
Tomaba sorbo a sorbo y distraído rememoraba lo que faltaba. Esperaba terminar en menos tiempo y el fondo del café era un agujero de color negro. Bajó de la mitad y todo esperaba ese momento.
Me acomodé tras el último sorbo y en ese preciso instante empezó el mundo con el estallido del big bang.

ABANICO DE LETRAS

Un experto en los idiomas retiró la letra “f” de Las Mil y una Noche y fueron reemplazadas por innumerables suspiros.
A nadie perjudicó las frases mochas y percibieron un largo sollozo en los libros que componían esta narración.
Otros lectores sintieron el fresco de la brisa y un lector con sueño lo conservó como abanico.
Nunca lo leyeron, solo sirvió de señuelo.



TRES ACTOS Y EPÍLOGO



Acto Uno

Un hombre contrajo nupcias en el Recinto del Pensamiento.
Al momento de iniciar el divorcio acudió de nuevo a ese local buscando una respuesta. ¿En dónde estaba la razón ese día?
En la puerta halló un silogismo vigilando la entrada, luego deambulo por el pasillo de la razón práctica y llegó al salón central en donde atendía la razón pura. Estaba desfigurado, nadie lo reconocía.

Acto Dos.

Un hombre esperó a Cristo en el camino de la amargura y le dijo:
- Cambio mi cruz por la tuya, Maestro.
- Cuál es la tuya.
- La cruz del matrimonio- dijo el desgraciado.
- No te preocupes hijo mío, estoy próximo a llegar.

Acto Tres

Un hombre después de cuarenta años de matrimonio, alababa las virtudes de tal institución.
- Han sido como quince minutos, pero debajo del agua.

Epílogo

Un hombre de setenta años, asesinó al amante de su mujer. Lo esperó hasta las cinco de la mañana; aprovechó su borrachera y con salvajismo se deshizo de él.
Preguntado por la razón de tal acto, contestó:
- A mi edad no soporto los humores ajenos.

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